diumenge, 17 d’agost del 2014

11-15 de agosto: Pedals de Foc, una travesía en bici espectacular


Buscando proyectos para mis vacaciones estivales, me llegó un mensaje de Ester, “nos vamos Mario y yo a hacer la Pedals de Foc, ¿te vienes?”. No me lo pensé mucho, había entrenado para esa carrera a uno de mis deportistas, Emilio, en su modalidad nonstop y ya me eran familiares muchos aspectos de la travesía: Pirineos, puertos largos y espectaculares... ¡me sobran motivos! Cualquier excusa es buena para volver a Pirineos y disfrutar de sus montañas.

1ª etapa: Vielha – Gotarta

Y allí estábamos por fin, a la altura del Refugio de Conangles después del túnel de Vielha, dispuestos a recorrer más de 200 km y 6000 metros positivos en cinco días. Además era mi cumpleaños por lo que me encontraba feliz de celebrarlo de la mejor manera, en buena compañía y en uno de los rincones más bellos de la península ibérica, a lomos de mi bicicleta de carretera.

Y ya estábamos en marcha, en seguida nos dimos cuenta de dónde estábamos al encontrarnos un par de enormes cascadas de obligada pose fotográfica, y también me di cuenta de con quién me había ido de viaje porque en este caso eran cascadas de paridas lo que generábamos, como el “Jesuchrist Bikestar” que creamos para cada vez que “caminábamos” entre las aguas de los riachuelos pirenaicos.

Una vez pasado el Embalse de Senet, los tramos se volvieron de marcado descenso, con zonas técnicas de piedra suelta hasta dar con la Noguera Ribagorçana que nos acompañaría hasta nuestro primer punto de control en Vilaller, certificamos nuestro paso con un sello en nuestro libro de ruta. Después de una pequeña parada, encaramos el primer puerto de la jornada, el Coll de Serreres, una subida por buena pista y una pendiente media que conseguía calentarnos las piernas. Una vez coronado, nos metimos por senda bastante técnica con escalones que nos obligaban a ralentizar la marcha (por lo menos a mi y a mi particular habilidad ciclística, porque Mario volaba sobre las piedras). Aun así, valió la pena, las vistas desde la senda nos quitaron el aliento y nos dieron fuerzas para seguir rodando.

Llegados a Cóll, tocamos carretera y vuelta a subir hasta Iran, todo por asfalto y curvas cerradas, con el premio de un buen plato de pasta en el segundo punto de control. Aquí nos juntamos con otros ciclistas que estaban haciendo la misma travesía y que nos acompañaron en nuestras andanzas hasta el cuarto día. Ya quedaba poco para el fin de la jornada y coronamos el Coll de Sant Salvador, donde el espectacular mirador nos brindó una hermosa imagen del macizo de la Maladeta y su principal pico el Aneto.

Finalmente, tuve mi tarta, ya que nuestro fin de jornada era en Go...tarta. Como la parida lo merecía, me hice una foto comiéndome el cartel del pueblo, ¡¡¡vaya cumple más brutal!!!

Acto seguido se mostraba otra parte de la travesía con la que no contaba, la estancia era un espacioso apartamento y la cena resultó sencillamente exquisita, con buen vino y grandes conversaciones, para acabar buscando estrellas en la noche pirenaica.

2ª etapa: Gotarta - Espui



Segunda jornada ciclística con las energías renovadas y con un día fresco y tapado que hacía más agradable el esfuerzo. Pronto llegamos al tercer punto de control en Castellars para seguir subiendo por una sucesión de puertos, a cada cual más paisajístico. A ritmo tranquilo pero constante pasamos la Collada dels Tossalets y el Coll de Fades, para acabar coronando en el Coll de Sas y sus 1484 m de altura. Tras un agradable descenso, llegamos Les Esglésies, cuatro punto de control donde repusimos fuerzas con unos bocatas a precio de oro mientras seguían bajando las temperaturas y se ponía a llover.

El capítulo siguiente tuvo como protagonista el Coll d'Oli a 1529 m, el puerto más duro de la travesía en cuanto a pendiente media se trataba. Cuando pensabas que una rampa durísima e interminable ya había acabado, a la siguiente curva aparecía otra igual o más dura, hasta ponernos las pulsaciones en números muy interesantes. La bajada hasta Oveix se tornó interminable por su baja ciclabilidad, pero nos dio tiempo a ir esquivando nuestras primeras vacas o a observar la impresionante combatividad de Ester adelantando a quien se le pusiera por delante...

Ya metidos en la Vall Fosca, llamada así por las pocas horas de luz de las que disfrutan en la zona, nos quedaba un ascenso de 200 m por carretera donde Ester dio un buen hachazo que me hizo descolgarme unos cuantos metros hasta que volví a coger ritmo de rodada.

En Espuí acababa nuestra jornada con una buena cerveza y una charla peculiar con el hostalero. Después de la ducha y un infructuoso intento de putearle la siesta a Mario, visitamos la Central Hidroeléctrica de Capdella, toda una obra de ingeniería que revolucionó la vida de los lugareños y de toda la sociedad catalana. Después de una cena más que abundante, tocaba descansar, nos esperaba el Triador.

3ª etapa: Espui – Son del Pi



Se levantaba un día muy nuboso después de haber estado lloviendo toda la noche. Hoy sí que sí, tocaba subir la Collada del Triador a 2114 m de altura, casi 1000 m de desnivel de puerto en 14 kilómetros, unos kilómetros que valieron su peso en oro porque cuanto más ascendías, más respirabas la alta montaña y la sensación de estar subiendo más alto que nunca con una bicicleta se incrementaba por ver que estábamos por encima de las nubes. Fueron más de dos horas de constante ascenso, de miradas atónitas al horizonte, de registro de imágenes no solo en nuestras máquinas sino también en nuestras retinas, unas vistas con las que soñaremos y recordaremos cada día que pensemos en lo hermosos que son los deportes de montaña y lo grande que es la naturaleza por dejarnos disfrutar de sus creaciones.

Una vez coronado el Triador, empezamos el sube baja observando la Vall d'Assua, llena de vacas y de caballos salvajes que observaban impasibles nuestro recorrido, praderas pirenaicas rebosantes de verde y de agua de deshielo y lluvia. Seguimos hasta la Portella, cumbre de la Pedals de Foc con 2265 m, donde alzamos nuestras bicis en homenaje a nuestro esfuerzo como deportistas y a la montaña que se presenta tan bella ante nosotros. Superado la Collada des Mentides, empezaba un vertiginoso descenso hasta Espot por pistas y caminos de la estación de esquí. Después de alguna duda en la elección de camino, llegamos donde pensábamos al principio que era el fin de jornada, en Espot. Finalmente nos quedaba más de una hora de trayecto por lo que nos juntamos todos los compañeros de esta gran aventura a disfrutar de una buena comida antes de proseguir la ruta.


El trayecto hasta Son se inició con un “teletransporte” hasta Perú, al ver una local con un atuendo que nos hizo viajar mentalmente unos cuantos kilómetros más. Las pocas rampas que quedaban se hicieron duras e incómodas al ubicarse al final de la jornada. Finalmente, la localidad de Son del Pi nos acogía para finalizar la tercera jornada.











4ª jornada: Son del Pi – Montgarri




 Me despierto de golpe, ¿son las ganas de reemprender la ruta? También, pero el motivo principal ha sido que Ester ha decidido hacer la croqueta por encima mía y de Mario. No hay nada como despertarse con un rodillo humano que te aplasta...

Con casi todo el desnivel acumulado salvado, nos quedaba un trayecto en ascenso bastante suave siguiendo la Noguera Pallaresa, no antes sin pasar por el impresionante Bosc del Gerdar, toda una explosión de tonalidades verdes y senderos poco transitados hasta llegar al Refugi del Gerdar, el primer sitio pirenaico del que tengo grandes recuerdos.

Otra vez en el asfalto, al ver el poco kilometraje que quedaba, nos lo tomamos con mucha calma remojando nuestros pies en el río y haciéndonos un almuerzo de lujo en Isil.

Otra vez en marcha, nos adentramos en el Parc Natural de l'Alt Pirineu, un entorno muy popular con bastante trasiego de ciclistas y de montañeros dispuestos a disfrutar del extenso río. En una de sus playas hicimos la siguiente parada técnica, para disfrutar de la tranquilidad y el buen tiempo.

Unas rampas más y llegamos al Refugi Amics de Montgarri, una antigua abadía reformada para uso y disfrute de los montañeros. Aquí pudimos disfrutan del típico ambiente de refugio y pudimos comprobar las grandes dotes de Ester con el francés gracias a lo cual hizo un curioso amigo del que apenas pudimos saber qué hacía allí...¡algo sobre unos amigos y unos Jeeps!





5ª jornada: Montgarri – Vielha



Breve última jornada con un recorrido pistero hasta el Pla de Beret para comenzar un técnico descenso hasta Bagergue donde se produjo el único pinchazo de la travesía, ¡casi acabando! Unos tramos técnicos más nos dejando en Unha y Gessa donde ya nos quedaba un plácido trayecto hasta Vielha, saboreando la gran aventura que habíamos completado sin ningún percance y disfrutando de nuestra pasión por el deporte de aventura en toda su extensión... Acto seguido, recibiendo nuestros regalos por completar la travesía ya pensábamos “¿Qué tal si el año que viene hacemos la Pedals d'Occitania?”. Continuará...

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